martes, 18 de mayo de 2010




Te vas, con tu dulce sonrisa. Minutos antes me besas, me abrazas, me acaricias. Caricias apasionadas, melancólicas, enamoradas. Besos prometedores de un regreso. Lágrimas. Que ruedan silenciosamente por mi mejilla, que la acarician lentamente, lágrimas que te pertenecen. Te das cuenta y dices que es una tontería, yo también lo pienso, aunque es inevitable. Inevitable como la puesta de sol de cada día, como el letargo del animalillo del bosque de primavera. Cuando partas, te estaré esperando, hasta el mismo segundo que vuelva a ver tus ojos en los míos, hasta el instante en que nuestros labios se rocen para no volver a separarse jamás, porque nuestro amor es eterno. Te vas. Anegándome con tu dulce aroma, huele a ti, a tus besos, a las caricias que tus firmes manos hacen sobre mi cuerpo, y me quedo parada frente al autobús, intentando sonreír, ocultando mis pensamientos más profundos. Te veo sonreír, alborotado por la emoción, te vas, agitas tu mano, agito la mía, beso en el aire, con mis mejores deseos. Despedida alegre, final feliz. Un silencioso ‘’Te amo‘’ se escapa de mi boca, quizás también de la tuya. Vuelve pronto mi amor

2 comentarios:

Anónimo dijo...

k potito tia...snif*^^ esta muy xulo cris^^
fdo:evy

María dijo...

Odio las despedidas, me encantan los regresos ^^