Me siento, te miro y me inspiras, tus ojos, tus labios, tu sonrisa. El viento nos da en la cara haciéndonos sentir un poco más libres. Los pajarillos revolotean mientras entonan dulces melodías. Pequeñas mariquitas atraviesan el césped de un verde intenso que huele a recién cortado.Captemos toda la luz que permitan nuestras pupilas. Llenemos nuestros pulmones de este aire limpio y puro. Sintamos el contacto con la naturaleza, y de esa forma, oteando el horizonte, descubramos la perfecta armonía de lo no creado por la humanidad, La Tierra.
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